ESTADOS UNIDOS - Ahora que ya terminó la temporada de graduación universitaria en Estados Unidos, muchos alumnos que completaron sus estudios se embarcan en pasantías de verano o en sus primeros empleos de tiempo completo. Administrar tus finanzas cuando comienzas la vida adulta puede ser difícil, desde comprender tu seguro médico y tus prestaciones hasta manejar un presupuesto.
Encontrar un trabajo suele ser el primer reto, así que, si lo has logrado, tómate un momento para sentirte orgulloso de ti mismo.
“Una vez que consigas ese primer empleo, date una palmadita en la espalda”, dijo Nick Holeman, director de planificación financiera de Betterment, una empresa de asesoría financiera.
Y después es hora de pensar en tu futuro financiero. En un momento en que se incrementa la morosidad en las tarjetas de crédito y las tasas de interés aún están altas, es más importante que nunca que los recién graduados inicien su vida adulta en el camino financiero correcto.
Aquí hay recomendaciones de expertos sobre cómo hacerlo:
Conseguir tu primer empleo es emocionante, pero el proceso de incorporación a la empresa puede resultar abrumador. Cuando comienzas un nuevo trabajo, la mayoría de las compañías ofrecen orientación sobre las prestaciones, tales como tu plan de retiro 401(k) y tu seguro médico. Es mucha información, pero es importante no ignorarla, dijo Holeman.
Un aspecto clave en el que hay que enfocarse es el plan de jubilación patrocinado por tu empleador. Si bien muchas empresas te inscriben automáticamente, Holeman recomienda que ahorres más del usual 2% al 3%. La inscripción automática le permite a tu empleador tomar una cantidad determinada de tu cheque de pago y asignarla a una cuenta de inversión para tu jubilación. Puedes optar por no participar en ese plan o incrementar la cantidad que aportas.
“El que estés inscrito automáticamente no significa que no puedas ingresar y aumentar cuánto contribuyes”, explicó. “Y esa es una excelente manera de desarrollar esos hábitos de ahorro automático que te llevarán a lo largo del resto de tu vida profesional”.
Algunos recién graduados podrían permanecer en el seguro médico de sus padres, mientras que otros podrían inscribirse en el plan de seguro médico de un empleador. Pero si tu trabajo no ofrece seguro médico, los expertos recomiendan que te inscribas en la ley de atención médica pública del presidente Barack Obama (ACA, por sus siglas en inglés).
“No deberías quedarte sin seguro si vas a trabajar para un empleador que no ofrece seguro médico”, dijo Louise Norris, analista de políticas de salud en healthinsurance.org, una guía independiente para elegir seguros médicos.
Mientras examinas las opciones en el mercado de la ACA, debes tener en cuenta tu presupuesto, tu salud y la disponibilidad de médicos en tu área. Si tu empleador ofrece varios planes de seguro médico, Norris recomienda conocer los detalles de los planes, tales como su deducible, copagos y política de uso.
Si en general eres sano y no vas al médico con frecuencia, Holeman te sugiere elegir un plan de salud con un deducible alto —que por ello tiene un costo menor—, porque eso te permitirá guardar dinero en una cuenta de ahorros para la salud (HSA, por sus siglas en inglés). Una HSA te permite guardar dinero en ella antes del pago de impuestos para hacer frente a gastos médicos, lo que puede ayudarte a reducir lo que desembolses cuando visites a un médico.
Es difícil prepararse para las emergencias porque nunca sabes cuándo sucederán ni qué tan costosas serán. No obstante, es una buena práctica tener un fondo de emergencia que aligere parte de la carga financiera si algo sale mal.
“Piensa que tu fondo de emergencia es un 'rompa el cristal en caso de emergencia’”, dijo Holeman, quien recomendó que mantengas esos ahorros en una cuenta bancaria separada.
Los montos del fondo de emergencia varían según las circunstancias de cada persona, pero Holeman recomienda que mantengas allí el equivalente a entre tres y seis meses de tus gastos. Este es un escenario ideal, pero cualquier cantidad de ahorro puede resultar útil en caso de una emergencia.
Las tarjetas de crédito pueden ayudarte a generar tu puntaje crediticio y desarrollar buenos hábitos de préstamo, pero si no las utilizas con cuidado, también pueden endeudarte mucho.
Si vas a solicitar tu primera tarjeta de crédito, Holeman recomienda que elijas una que te convenga conservar durante mucho tiempo, ya que un factor importante en tu puntaje es la antigüedad de tu historial crediticio. También recomienda que tu primera tarjeta de crédito sea una que no tenga una cuota anual y sea fácil de mantener.
Pero si ya has tenido una tarjeta de crédito, recuerda que para conservar un buen puntaje crediticio y no endeudarte con ella debes liquidar tu saldo a tiempo cada mes. Es mejor que utilices tu tarjeta de crédito para pagar cosas que ya puedes costear, recomendó Steve Pilloff, profesor asociado de finanzas en la Facultad Costello de Negocios de la Universidad George Mason.
“Úsala como una forma de realizar pagos en lugar de una manera de pedir dinero prestado. Concéntrate en la tarjeta y no en el crédito”, agregó Pilloff.
Hacer un presupuesto es un componente clave de tu vida financiera, ya sea que trates de pagar una deuda o ahorrar para tu fondo de emergencia.
Los presupuestos cambian junto con tus finanzas, por lo que cuando consigas ese primer empleo de tiempo completo y quizá te mudes a una ciudad nueva, necesitarás cambiar tu presupuesto para que refleje tu realidad financiera actual, explicó Pilloff.
Si utilizas tu presupuesto para encontrar formas de reducir costos, Holeman recomienda que te centres en los gastos grandes, tales como el alquiler o el transporte, en lugar de los pequeños, como el café o las compras. Si tienes deudas, también aconseja que primero te concentres en pagar las que tienen intereses altos. Si no tienes deudas, enfocarte en crear un fondo de emergencia y ahorrar para metas a corto plazo es también un excelente punto para que comiences a establecer tus metas.
Elaborar un presupuesto no es un proceso de una sola vez. Para lograr tus objetivos financieros, debes evaluar y ajustarlo continuamente, dijo Pilloff.
Con apps como YNAB y EveryDollar, puedes tener acceso a tu presupuesto y modificarlo fácilmente en cualquier momento. No obstante, la mejor manera de que te apegues a un presupuesto es encontrar el formato que funcione mejor para ti, ya sea un documento de Excel o un cuaderno.