ARIZONA - Son cientos de migrantes los que cada año pierden la vida tratando de cruzar el mortal desierto de Arizona, pero, ¿qué pasa con sus cuerpos cuando son localizados? Telemundo Arizona visitó el Departamento de Médicos Forenses del condado Pima para conocer el lugar que recibe y procesa los restos de aquellos migrantes que murieron buscando el "sueño americano".
Durante 2021, el Departamento de Médicos Forenses reportó el hallazgo de más de 200 restos, una cifra que podría ser superada este año y que evidencia la cruda realidad que vive la frontera.
Para reportar a un migrante desaparecido, el Centro Colibrí para los Derechos Humanos trabaja para crear un proceso confidencial, humano y efectivo para que las familias de migrantes desaparecidos encuentren respuestas. Para más información consulta este enlace.
Para Jessica Romero, hermana de un migrante desaparecido, la tristeza y la incertidumbre cambiaron la vida de su familia al cumplirse más de tres años desde que su hermano, Pablo Romero, desapareció tras ingresar al desierto de Arizona.
“Nada más necesito saber si está vivo o está muerto… no me interesa qué es lo que tengo que pasar, nada más necesito encontrarlo”, dijo.
“Todas las veces en que lo sueño, siempre trato de preguntarle, qué ha pasado con él, pero en mis sueños nunca me ha podido hablar”, reveló.
El joven de 22 años habría salido de su país, México, para buscar pagar los estudios de sus dos hermanos pequeños y con el sueño de comprar una casa a sus padres en un anhelo que hasta hoy parece imposible.
Inmigración
TAREA COMPLEJA
Gene Hernández, del Departamento de Médicos Forenses en Pima, explica que los procesos y pruebas de identificación de cuerpos son una tarea larga y compleja principalmente por el estado en el que arriban los restos.
“Ellos (los familiares) tienen fe y esperanza de que va a llegar su pariente bien, y para recibir esa llamada de la oficina de nosotros, para decirles que no va a llegar porque está aquí, es una de las llamadas más tristes y horribles que uno puede hacer”, expresó.
Entre los restos de los migrantes, predomina una etiqueta con la frase "no identificado". Y es que aunado al estado en el que llegan los cuerpos, la falta de reportes o reclamos de sus familias dificulta identificarlos.
“Tenemos familias que nos pueden ayudar, pero la cosa es cómo hablar a la familia si no sabemos quién es la persona”, dijo Hernández.
Sin nadie que pueda dar un rostro o una identificación a los restos, después de seis meses en el refrigerador, los cuerpos pasan a ser cremados y puestos dentro de un enorme contenedor metálico que acumula a más de 500.
En este complicado contexto, la recomendación principal para aquellos que tienen algún familiar desaparecido en el desierto es comunicarse lo antes posible con las autoridades consulares de su país, ya que una sola llamada ayudaría a identificar o localizar a su ser querido.