ALBUQUERQUE — Fiscales concluyeron el viernes su caso contra un refugiado afgano acusado de haber matado a tiros a un hombre en 2022, en lo que resultó ser el primero de tres asesinatos estilo emboscada que involucraron a miembros de la comunidad musulmana en la ciudad más grande de Nuevo México.
Muhammad Syed, quien se estableció en Estados Unidos hace varios años con su familia, rápidamente se convirtió en el principal sospechoso después de que las autoridades publicaran fotografías de un vehículo que se cree estaba involucrado en los tiroteos que aterrorizaron a la comunidad musulmana en Albuquerque en 2022. Syed fue detenido después de que lo pararan en el vehículo a más de 160 kilómetros de Albuquerque.
En ese momento el acusado habría dicho a las autoridades que estaba preocupado por los asesinatos y que se dirigía a Texas para encontrar un nuevo hogar para su familia, allí también habría negado su participación en los asesinatos.
Syed, que habla pastún y requirió la ayuda de traductores durante todo el juicio, permanece bajo custodia sin derecho a fianza desde su arresto en agosto de 2022. Se le acusa de tres cargos de asesinato y cuatro cargos de manipulación de pruebas.
Syed, de 53 años, se enfrenta a juicios separados para cada víctima; el primero es Aftab Hussein, de 41 años. Los otros juicios se llevarán a cabo en los próximos meses.
Cuando el juez le preguntó el viernes si deseaba testificar, Syed se puso de pie y se ajustó los auriculares mientras un traductor le transmitía la pregunta. Contuvo las lágrimas y empezó a llorar. Finalmente, dijo en pastún que se reservaba el derecho a permanecer en silencio.
La defensa no llamó a testigos y los fiscales no abordaron el motivo ni discutieron ninguna interacción que Syed pudiera haber tenido con Hussein.
Estaba previsto que los jurados comenzaran sus deliberaciones el lunes por la mañana.
Los fiscales detallaron la noche del tiroteo: Eran alrededor de las 10:00 p.m. cuando Hussein llegó a su complejo de apartamentos y estacionó. Acababa de salir de su vehículo con las llaves todavía en la mano cuando estallaron los disparos.
“No tenía ninguna posibilidad”, dijo el fiscal Jordan Machin durante los alegatos finales, alegando que Syed estaba al acecho y que continuó disparando mientras Hussein estaba en el suelo.
Los agentes encontraron a Hussein con múltiples heridas que se extendían desde el cuello hasta los pies. Los investigadores testificaron que algunas de las balas de alto calibre atravesaron su cuerpo y perforaron el auto.
Mientras interrogaba a un experto en armas de fuego y balística del departamento de policía, el fiscal adjunto del distrito, David Waymire, sacó un rifle que había sido incautado durante un registro en la casa de Syed. Fue encontrado debajo de la cama del acusado. Waymire también mostró a los jurados bolsas con casquillos gastados y fragmentos de bala recolectados en la escena.
En un sobre amarillo había una bala que los médicos forenses habían recuperado del cuerpo de Hussein.
El experto dijo que las pruebas determinaron que los casquillos y los proyectiles fueron disparados con el rifle de Syed.
Los registros de los teléfonos móviles también indicaron que Syed estuvo en el lugar unos 20 minutos antes del tiroteo y que aparentemente se fue inmediatamente después y se dirigió a su casa, dijeron los fiscales. También presentaron como prueba una nota en el teléfono de Syed que se refería a la prueba del rifle en la fecha en que mataron a Hussein.
Documentos judiciales anteriores describían que Syed tenía un historial violento, ninguno de los cuales fue mencionado en el tribunal. Sus defensores públicos han argumentado que las acusaciones anteriores de violencia doméstica nunca resultaron en condenas.
Los abogados defensores intentaron introducir dudas durante todo el juicio, diciendo que los fiscales no tenían pruebas de que Syed fuera quien apretó el gatillo. Sugirieron que otras personas que vivían en la casa de Syed también tenían acceso a su teléfono, su vehículo y el rifle.
También argumentaron que no se recolectaron huellas dactilares ni ADN durante la investigación que pudieran implicar a Syed.
Megan Mitsunaga, una de las abogadas de Syed, dijo al jurado durante los argumentos finales que su cliente era inocente y que los investigadores a veces pueden tener una "visión de túnel" una vez que capturan a un sospechoso y dejan de buscar pruebas que no respaldan la culpabilidad de esa persona. Agregó que hubo lagunas que deberían dejar a los jurados con dudas razonables.
“¿Cómo es eso justo para el señor Syed, cómo es justo para esta comunidad que las fuerzas del orden elijan qué evidencia quieren que usted escuche?”, dijo.
Machin dijo que fue Syed quien intentó huir a Texas al amparo de la oscuridad un día después de que las autoridades acudieron al público en busca de ayuda para identificar a un sospechoso. Dijo que la matrícula y los tapacubos del auto de Syed habían sido cambiados y que él tenía su teléfono, que estaba protegido con contraseña, con él cuando lo detuvieron.
Las otras dos víctimas incluyen a Muhammad Afzaal Hussain, un planificador urbano de 27 años que fue asesinado a tiros el 1 de agosto mientras daba su paseo nocturno, y Naeem Hussain, quien recibió un disparo cuatro días después mientras estaba sentado en su vehículo afuera de una agencia de reasentamiento de refugiados, en el lado sur de la ciudad.
Los familiares de las víctimas y otros miembros de la comunidad han dicho que todavía están luchando por comprender qué hay detrás de los asesinatos.