SANTA FE — Tácticas defectuosas y comunicación deficiente estuvieron entre los hallazgos clave de una revisión interna de la Policía Estatal de Nuevo México (NMSP, por sus siglas en inglés) sobre el tiroteo mortal de un oficial que, sin saberlo, detuvo a un sospechoso de drogas armado mientras estaba siendo rastreado por agentes federales como parte de una operación encubierta en febrero de 2021.
El informe, publicado el miércoles, proporcionó detalles insólitos, parcialmente extraídos del tablero y de imágenes de cámaras corporales, sobre la muerte del oficial, Darian Jarrott, quien murió como resultado de una ráfaga de disparos durante una parada de tráfico en la Interestatal 10.
El informe también describió el asesinato del sospechoso de narcotráfico, Omar Cueva-Félix, después de una persecución vehicular de 40 millas y un tiroteo con las autoridades en Las Cruces.
El reporte concluyó que dos agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional de EEUU (HSI, por sus siglas en inglés) y un supervisor de la Policía Estatal proporcionaron relatos contradictorios sobre si el supervisor recibió “divulgación completa” sobre los antecedentes penales de Cueva-Félix y un plan de HSI para arrestarlo a lo largo de la interestatal.
“Omar Cueva-Félix mató al oficial Jarrott a sangre fría y, desafortunadamente, no podemos cambiar eso”, declaró Troy Weisler, jefe de NMSP, en un comunicado que acompañó la publicación del informe.
El jefe de NMSP explicó que la revisión resultó en varios cambios de políticas departamentales internas y discusiones sobre posibles acciones y tácticas alternativas para ciertas situaciones.
“Resaltar los errores de las diferentes personas involucradas en el incidente y señalar áreas de mejora se hace únicamente para aprender y encontrar formas de operar de manera más segura”, manifestó Weisler.
Jarrott, de 28 años, fue el primer oficial de la Policía Estatal de Nuevo México asesinado en cumplimiento de su deber en más de 30 años. Era padre de cuatro hijos y se convirtió en policía estatal en 2015, después de trabajar como inspector de transporte estatal.
El incidente generó múltiples demandas que alegan que tanto HSI como los superiores de Jarrott fueron negligentes y no advirtieron al oficial de antemano sobre la peligrosidad de Cueva-Félix. Un juez federal en Albuquerque desestimó uno de los casos en julio pasado al dictaminar que el gobierno estaba inmune de responsabilidad.
Un supervisor de la policía estatal le había pedido a Jarrott que detuviera a Cueva-Félix a instancias de agentes federales. La solicitud se hizo luego de que el sospechoso vendiera una gran cantidad de drogas a un agente encubierto, mostrara un rifle de gran tamaño y les dijera que no volvería a prisión.
Cueva-Félix, de 40 años, de Deming, tenía lo que las autoridades describieron como un extenso historial criminal en California y era conocido por portar armas de fuego.
La parada de tráfico mortal ocurrió la tarde del 4 de febrero de 2021 en la I-10, a unas 15 millas al este de Deming. En cuestión de minutos, Jarrott fue emboscado y le dispararon varias veces. Luego, Cueva-Félix dirigió a las autoridades en una persecución que terminó con su muerte en Las Cruces durante un tiroteo en el que también resultó herido un oficial de policía de la ciudad.
Eric McLoughlin, agente especial interino a cargo de Investigaciones de Seguridad Nacional de El Paso, dijo en un comunicado proporcionado al Albuquerque Journal que la agencia está revisando el informe y las recomendaciones del comité con respecto a acciones conjuntas de aplicación de la ley. También reiteró las condolencias de la agencia por la muerte de Jarrott.
McLoughlin manifestó que la Policía Estatal de Nuevo México se encuentra entre muchas agencias policiales con las que trabaja su agencia y que los agentes especiales a menudo participan como miembros del grupo de trabajo en otras agencias policiales locales, estatales y federales.
Según la revisión, ningún oficial de la Policía Estatal estuvo en una sesión informativa oficial sobre la operación y Jarrott no fue incluido en mensajes de texto con agentes federales sobre el plan. También señaló que no existía una estructura de comando de incidentes, a pesar de que dos agencias y diferentes elementos de HSI estaban trabajando en ciudades a 96 kilómetros de distancia.
La revisión también encontró que Jarrott no pareció captar las “señales de peligro” después de detener a Cueva-Félix y debería haber “cambiado sus tácticas” una vez que vio una pistola en la cadera del sospechoso.