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ALBUQUERQUE — Un jurado federal de instrucción acusó formalmente a un hombre navajo, a su padre y a un socio comercial de estar llevando a cabo operaciones ilegales de cultivo de marihuana en Nuevo México y en la Nación Navajo para abastecer al mercado negro.
La acusación formal se hizo pública el jueves, una semana después de que las autoridades locales, estatales y federales allanaran la casa de uno de los acusados y dos granjas en una zona rural al este de Albuquerque que ya no tenían licencia del estado. Entre los artículos incautados se encontraban 8,500 libras de marihuana, algo de metanfetamina, dos armas de fuego, $35,000 en efectivo, pesticidas ilegales y un chaleco antibalas.
Los cargos contra Dineh Benally, de 48 años; Donald Benally, de 74; e Irving Rea Yui Lin, de 73, de California, incluyen conspiración para fabricar y distribuir marihuana, posesión con intención de distribuir y contaminación de una vía fluvial protegida.
Los fiscales describieron la supuesta operación como una empresa criminal descarada y pidieron a un juez federal que detuviera a los hombres en espera de juicio, sugiriendo en una moción que existía el riesgo de que los acusados huyeran y que eran un peligro para la comunidad.
“La conclusión es que los acusados son narcotraficantes que operan de acuerdo con sus propias leyes, así que ¿cómo puede algo que no sea la detención garantizar la seguridad de la comunidad o la comparecencia de los acusados en este asunto?”, se lee en la moción.
Dineh Benally apareció en los titulares por primera vez cuando las autoridades federales allanaron las operaciones de cultivo de cannabis en el noroeste de Nuevo México en 2020. El Departamento de Justicia de Navajo lo demandó, lo que llevó a una orden judicial que detuvo esas operaciones.
Un grupo de trabajadores inmigrantes chinos también demandó a Benally y sus asociados. Los trabajadores afirmaron que los atrajeron al norte de Nuevo México y los obligaron a trabajar largas horas podando marihuana en la Nación Navajo, donde el cultivo de la planta es ilegal.
El año pasado, los reguladores de la marihuana de Nuevo México revocaron la licencia de la operación de cultivo en el condado Torrance, al este de Albuquerque. Los reguladores impusieron una multa de un millón de dólares, diciendo que había alrededor de 20,000 plantas maduras en el lugar, cuatro veces más de la cantidad permitida por la licencia. Los inspectores también encontraron otras 20,000 plantas inmaduras.
Según la acusación, la empresa implicaba la construcción de más de 1,100 invernaderos de cannabis, la solicitud de inversores chinos para financiar el esfuerzo y el reclutamiento de trabajadores chinos para cultivar los cultivos. Dineh Benally también está acusado de acercarse al jefe de policía de la Nación Navajo, en un intento de sobornarlo con ganancias de la droga para permitir que se cultivara marihuana en tierras tribales.
Con guardias armados asegurando las granjas en tierras tribales, según la acusación, se utilizaron selladores al vacío para envasar la marihuana y trabajadores chinos transportaron las drogas a través de las fronteras estatales.
Los acusados también enfrentan cargos por violar los estándares federales de agua limpia al instalar una presa hecha de sacos de arena a lo largo del río San Juan para ayudar a regar los cultivos. También se perforaron pozos para acceder al agua.
Si son condenados, los acusados se enfrentan cada uno a no menos de 10 años y hasta cadena perpetua, dijeron los fiscales.